Respaldados a nivel internacional por la certificación de calidad de la norma ISO 9001, en CENTRIACERO nos dedicamos a la producción de tubos de acero inoxidable a través del centrifugado. ¿Por qué utilizamos este procedimiento? Porque nos permite la fabricación de tubos de pared gruesa sin costura, de estructura regular y alta resistencia.
En resumidas cuentas, este proceso se realiza a lo largo de dos etapas: una inicial, gracias a la cual el acero es fundido a temperaturas muy elevadas en hornos de inducción; y otra posterior, en la que el material es vertido en moldes metálicos refractarios o coquillas para ser sometidos a giros de alta velocidad.
La fabricación por centrifugado de tubos de acero inoxidable de pared gruesa presenta los siguientes beneficios:
Menor consumo de material en comparación al método de perforación de barras;
Elevado ahorro de energía en el proceso de mecanizado posterior;
Estructura de perfecta simetría axial de la pieza con propiedades indeformables;
Óptima respuesta frente a la corrosión debido a la estructura resultante.
La fuerza centrífuga es precisamente la encargada de hacer que el metal fundido se distribuya de manera uniforme por las paredes del molde hasta solidificarse, convirtiéndose así en un tubo compacto, perfectamente concéntrico y de espesor regular.
Ciertamente, como consecuencia de la enorme compresión provocada por la fuerza centrífuga derivada del movimiento giratorio del molde, el metal, además de solidificarse, experimenta un efecto de forjado que garantiza una estructura granular, tan densa como compacta.
Asimismo, vale agregar que cuando el metal es forzado contra las paredes de las coquillas, solidificando primero el exterior del tubo, las impurezas tienden a agruparse en el interior por ser más livianas. Por este motivo, se las puede eliminar con relativa facilidad a partir de un maquinado posterior.
CENTRIACERO, conocimiento y experiencia al servicio de la industria consumidora de acero.
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