El proceso que CENTRIACERO utiliza para la producción de sus tubos de pared gruesa consta básicamente en dos etapas: una inicial mediante la cual el acero es fundido a elevadas temperaturas en hornos de inducción, y otra posterior en la que el material es vertido en moldes metálicos refractarios para ser sometidos a giros de gran velocidad.
Gracias al enorme poder ejercido por la fuerza centrífuga en el interior de los moldes, el metal fundido logra distribuirse de manera uniforme para luego solidificarse, convirtiéndose así en un tubo compacto, perfectamente concéntrico y de espesor regular.
De hecho, producto de la compresión provocada por la fuerza centrífuga derivada del movimiento giratorio del molde, el metal, además de solidificarse, experimenta un efecto de forjado que da lugar a una estructura granular densamente compacta.
La fabricación de los tubos de pared gruesa por centrifugado presenta las siguientes ventajas:
Menor consumo de material respecto al método de perforación de barras.
Importante ahorro de energía en el proceso de mecanizado.
Perfecta simetría axial de la pieza con propiedades indeformables.
Excelente comportamiento ante la corrosión debido a la estructura resultante.
Además de emplear distintas clases de aceros inoxidables, también empleamos muchos otros materiales, tales como:
Fundición gris;
Aceros aleados;
Aceros al carbono;
Aceros resistentes al desgaste;
Aceros resistentes al calor;
Superaleaciones.
Desde retortas y tubos para tratamientos térmicos hasta discos y anillos de pared gruesa sobre planos, pasando por bridas de todas las normas y series, rodillos bimetálicos para la industria petrolera y aros de acero inoxidable para cuchillas circulares industriales, CENTRIACERO es garantía de excelencia y trayectoria, también en la producción a medida de todo tipo de piezas de acero.
Los precios publicados incluyen IVA